martes, 11 de noviembre de 2014

La Dieta Mediterránea en tiempos de crisis



La Dieta Mediterránea en tiempos de crisis.



La crisis económica o el saqueo que día a día se hace evidente han sufrido y siguen soportando  las arcas de nuestro país, unido a la deuda por los rescates bancarios y la crisis económica que inició Estados Unidos con la recolocación de sus hipotecas basura, ha llevado a muchas personas al paro, a la pobreza y a situaciones de exclusión social donde la subalimentación es una de sus caras.
En este contexto, cabe plantearse qué podemos hacer para alimentar a una familia con una economía exigua. Aunque la obesidad ha aumentado de forma alarmante en los últimos 15 años, hay datos que  afirman que son las familias más desfavorecidas  las que tienen un mayor porcentaje de obesos. Problema este que afecta así mismo a  niños y jóvenes, acortando su esperanza y calidad de vida.
En la dieta Mediterránea, la que hacían nuestras madres y abuelas antes de la llegada de la televisión y los distorsionantes anuncios comerciales, podemos encontrar una ayuda inestimable a poco que se sea capaz de modificar los hábitos de consumo de estas últimas décadas.
De qué puede llenar la cesta de la compra una familia modesta para cubrir sus necesidades alimentarias. Familias modestas, somos actualmente la mayoría de nosotros.
Recurriremos a las legumbres como fuente de proteínas, de dos a tres veces por semana, la proteína de la legumbre no es completa, pero la haremos completa adicionándole un cereal como el arroz, de preferencia integral así como el pan también integral. Nuestros potajes y pucheros de toda la vida que por desgracia  se han vuelto muy poco populares entre los más jóvenes.
La verdura es un acompañamiento esencial en todos los platos y afortunadamente no lo más caro que podemos encontrar en el mercado.
Las ensaladas, gazpachos y ajo blancos son los entrantes ideales si se preparan con poco aceite. Hay que recordar que un gramo de grasa, de cualquier grasa, tiene 9 calorías y una cucharada sopera de aceite 90. Las grasas son esenciales en la dieta y aquí sí, elegiremos la más sana: el aceite de oliva, si no freímos o lo hacemos con la cantidad mínima para que no sobre, será un pequeño gran lujo que procuraremos mantener en nuestra cocina. El aceite crudo es un alimento cardiosaludable que protege nuestras arterias y el corazón. Así que os animo a que por las mañanas os preparéis un buen desayuno con tostadas de pan integral, ajo restregado, tomate y un buen té verde y saldréis de casa cargados de vitalidad y antioxidantes.
El pescado podemos consumirlo un par de veces a la semana, de preferencia pequeño o mediano, como los jureles, los boquerones o las sardinas.
Los huevos de dos a tres veces por semana y por último la carne, eligiendo la de pollo, pavo o conejo según preferencias. El pollo da mucho de sí, con él podemos preparar puchero, croquetas, empanar los filetillos de pechuga o hacer arroz y otros guisos. No necesitamos un gran consumo de carne, con estas cantidades tenemos más que suficiente  proteínas animales y será mucho mejor para nuestra salud que un consumo mayor, además de ser más ecológico y responsable.
Lo que sí pondremos cada día en nuestra mesa será la fruta, tenemos abundancia de cítricos, manzanas, peras y productos de temporada que no son más caros que la bollería y pastelería y en cambio nos  mantendrán alejados de la necesidad de medicamentos.
Para las noches proponemos, tortillas, verduras al vapor, que aderezaremos con ajo y una cucharada de aceite de oliva y en este tiempo cremas, sopas y purés de hortalizas y verduras. Cualquier crema la podemos hacer con una patata, una cebolla y la verdura correspondiente, sin añadir quesitos,  nata, mantequilla, sustancias que aportan muchas calorías y son innecesarias, como los concentrados en cubitos, auténticas porquerías con glutamatos, sal y despojos.
Excluiremos de nuestra cesta los alimentos procesados, las salchichas, más aptas para perros que para humanos, el aceite de palma, la bollería industrial que lo contiene, las bebidas de cola y carbonatadas que roban nutrientes esenciales como las vitaminas y aportan mucho azúcar, los yogures de sabores por el mismo motivo del aporte de azúcares, hasta 16 gramos, una cucharada sopera en un vasito de yogur; las patatas y fritos de paquete fuente de grasas y acrilamidas cancerígenas o los zumos envasados, que sólo la permisividad legislativa con la publicidad engañosa les permite poner: “Sin azúcar añadidos”, la tienen y mucha,  todos los zumos comerciales proceden de concentrados.
Mucho mejor es darles a los niños un bocadillo y una manzana que mandarlos al colegio con un bollo y un paquete de zumo.
Estas son unas pocas ideas básicas sobre alimentación fáciles de aplicar y que resultarán económicas para nuestros esquilmados bolsillos. La idea es, que podemos hacer una dieta sana y completa sin un gasto excesivo y sin carencias.
Adriana Ruiz. Técnico Superior en Dietética y Nutrición. http://periodismohumano.com/economia/la-malnutricion-por-la-crisis-aumenta-la-obesidad-en-espana.html
 



Ideas de platos saludables.


 Ensaladilla de patatas, tomates, cebolletas, pimiento verde, aceitunas y huevo duro y tortilla de acelgas y cardillos.
 

 
 

 
 






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